El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, habla durante una conferencia de prensa con representantes de agencias de noticias internacionales previo al inicio de la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Belém, estado de Pará, Brasil, el 4 de noviembre de 2025. (Xinhua/Lucio Tavora)
BELÉM, Brasil, 5 nov (Xinhua) — El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró el martes su esperanza de que la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP30), a celebrarse este mes en la ciudad amazónica brasileña de Belém, contribuya a la implementación de los compromisos climáticos.
Según afirmó, Brasil no quiere que la COP30 de Belém se limite a ser «un mercadillo climático de productos ideológicos», en el cual cada uno dice lo que quiere y nadie está obligado a cumplir lo pactado.
«Queremos dejar de hablar solo de metas y empezar a hablar de acciones», recalcó Lula durante una entrevista colectiva con medios internacionales en Belém, capital del estado de Pará (norte), al expresar la disposición de Brasil a cooperar con países de todo el mundo para promover la puesta en práctica de los compromisos climáticos.
De acuerdo con el líder brasileño, los países desarrollados han arrastrado 200 años de contaminación derivada de su proceso de industrialización. «Entonces, existe una deuda. Es necesario saber si los países industrializados van a pagar la deuda que tienen con el planeta», subrayó.
En respuesta a una pregunta formulada por Xinhua, Lula elogió la posición y las contribuciones de China en materia de gobernanza climática, diciendo que el país asiático ha avanzado mucho en la transición energética.
En los últimos años, las empresas chinas de nuevas energías han incrementado sus inversiones en Brasil y el Gobierno brasileño busca reforzar aún más su cooperación con China «en cuestiones espacial, tecnológica y digital», apuntó.
«Obviamente, nuestra relación con China ha crecido y seguirá creciendo», destacó Lula, y señaló que «aún estamos muy lejos de alcanzar el potencial de ambos países».
Al explicar el porqué de elegir Belém, ubicada a orillas del río Amazonas, para albergar la COP30, Lula reiteró que «queríamos que el mundo viniera a ver la Amazonía, con sus contradicciones y su grandeza».
En su opinión, proteger la mayor selva tropical del planeta consiste en garantizar que sus habitantes puedan ganarse la vida con los bosques y transformar la riqueza de la biodiversidad en productos comercializables.
