SAO PAULO, 5 nov (Xinhua) — El Gobierno de Brasil expresó hoy martes su preocupación por posibles nuevos conflictos en América Latina a raíz de que Estados Unidos ha avanzado con la nomenclatura de vincular al narcotráfico con el terrorismo. El asesor especial de la Presidencia, Celso Amorim, señaló al diario local «O Globo» que el escenario mundial atraviesa un momento de «total desorden», impulsado por las etiquetas impuestas por Estados Unidos que pueden justificar ataques militares. «El mundo está en completo desorden. Esta división entre narcoterrorismo y otras etiquetas puede justificar ataques militares que de otro modo no ocurrirían. Todo esto es muy preocupante», indicó. El funcionario brasileño alertó que cualquier amenaza militar en la región sería «extremadamente grave», y recordó que «desde 1902 no ha habido ninguna amenaza de uso directo de la fuerza contra Sudamérica», aunque expresó su esperanza de que se produzcan avances positivos para la paz total hacia finales de este año. «No se puede pensar que habrá paz en Ucrania y, al mismo tiempo, una guerra o algún tipo de ataque en Sudamérica. Todo esto está interconectado, todo se contamina mutuamente. Estoy muy preocupado por todo esto», agregó. Aclaró que el tema «va más allá» de la renegociación del arancel del 50 por ciento aplicado a los productos brasileños que ingresan a Estados Unidos que sostendrán el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su par estadounidense, Donald Trump. En ese sentido, puso como ejemplo la nueva estrategia de Washington de perpetrar ataques contra embarcaciones de supuestos narcotraficantes en América Latina y de calificar a organizaciones del crimen organizado como terroristas. Ante esto, el diplomático destacó que, pese a las dificultades, «Brasil está consolidando la democracia internamente» y sigue siendo «un socio indispensable para todos los demás actores internacionales, en un mundo que necesita mucho de buenas noticias». Resaltó que el país sudamericano ha tenido varias experiencias previas de mediación, como en el Grupo de Amigos de Venezuela, creado en 2003 con la participación de Estados Unidos, pero que actualmente esas dos naciones deben decidir si quieren que Brasil participe como mediador. «La esencia de la mediación es la misma: nadie conseguirá todo lo que quiere, pero tampoco nadie se quedará sin algo que desee. Esa es la esencia del proceso», afirmó. Amorim consideró positiva la aprobación de una declaración del Grupo de Paz en Nueva York, coordinado por Brasil y China, cuyo objetivo es impulsar negociaciones para poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania.
