Economía

CONTEXTOS/ Secretos de las fusiones y adquisiciones universitarias

Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

Ante los desafíos que se presentan en la educación superior, como disminución de matrícula, costos operativos más altos y el imperativo de actualizar en tiempo récord los planes de estudio, se tiende a establecer alianzas estratégicas, fusiones y adquisiciones.

Tales figuras pueden tener un impacto transformador para las instituciones y los estudiantes a los que sirven. El proceso idóneo implica definir una posición y tener objetivos claros, investigar exhaustivamente y planificar la infraestructura de implementación.

El primer paso es fijar una postura sobre nuestras expectativas y metas a consolidar con una fusión o adquisición. Si se trata de una universidad nacional o regional, con un fuerte posicionamiento financiero, los objetivos pueden incluir entrar en una nueva geografía estratégica, adquirir bienes raíces para impulsar el crecimiento o acelerar el desarrollo de capacidades estratégicas.

Si se trata de una institución regional, los objetivos pueden incluir la adición de programas académicos complementarios o departamentos de investigación, creación de economías de escala o la construcción de la marca de la escuela.

Si se trata de instituciones regionales o locales que luchan por lograr la sostenibilidad financiera, el objetivo general suele ser una búsqueda proactiva de los compradores estratégicos. Esto para evitar reducciones de costos debilitantes, cierre o bancarrota

Cuando se trata de sistemas estatales que buscan integrar instituciones, los objetivos con mayor frecuencia incluyen ahorrar costos y mejorar la programación para los estudiantes.

Ahora, una vez que una institución decide investigar una fusión estratégica, el siguiente paso es analizar los posibles socios que permitirán alcanzar los objetivos estratégicos. Se valoran varios factores estratégicos como la alineación entre los objetivos estratégicos, financieros y operativos. También la misión y la alineación cultural.

Las áreas clave incluyen planificación académica y estratégica de la programación, economía, cultura y gestión del cambio, talento universitario y estructura de diseño organizacional. También la integración y la gobernanza para facilitar la transacción.

La tercera parte del proceso se refiere a planificar y preparar la infraestructura de implementación. Abarca consideraciones regulatorias y de cumplimiento como la acreditación, requisitos estatales y federales así como aspectos prácticos necesarios para garantizar que la asociación sea un éxito.

Un esfuerzo de planificación estructurado puede ayudar a una institución a alcanzar los objetivos estratégicos, fomentar la participación productiva  y establecer las bases para la gestión continua de las partes interesadas.

Finalmente, un acuerdo requiere gestión y gobernanza de la integración, planificación universitaria, establecimiento  y realización de metas, así como estructura de diseño organizacional y cultura, comunicaciones y gestión del cambio.

Finalmente, desarrollar un plan maestro antes del cierre de la transacción puede ayudar a guiar los esfuerzos de integración. Este plan refleja todas las actividades clave de integración e identifica las tareas que deben realizarse.

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