El análisis de Capital.com contempla tres trayectorias posibles para el tipo de cambio rumbo al cierre del año. En un primer escenario, el peso mexicano podría mantener una estabilidad con ligera tendencia a la depreciación, moviéndose dentro de un rango lateral si los mercados globales se mantienen cautelosos ante las decisiones de la Fed y la economía estadounidense continúa mostrando fortaleza
El peso mexicano se encamina hacia un cierre de año desafiante, marcado por la incertidumbre global y la expectativa sobre las decisiones de política monetaria en Estados Unidos. De acuerdo con el análisis más reciente de Capital.com, plataforma global de inversión y análisis financiero, el tipo de cambio podría moverse en un rango de 18.30 a 19.20 pesos por dólar durante los últimos meses de 2025.
«El peso enfrenta un tramo final del año con bastante volatilidad. Si la Reserva Federal (Fed) endurece su tono o eleva las tasas, podríamos ver un desplazamiento hacia niveles de 18.80–19.20 pesos por dólar en episodios de mayor aversión al riesgo. Pero si México logra mantener estabilidad inflacionaria y confianza en los mercados, existe espacio para una recuperación moderada hacia los 18.30-18.50», explicó Ángel Rubilar, economista y analista senior de Capital.com.
Un segundo camino posible sería el de una apreciación moderada del peso, impulsada por una inflación controlada, una política fiscal prudente y un entorno de crecimiento interno sostenido. En este contexto, México podría beneficiarse de un mayor flujo de capitales extranjeros y de la percepción de estabilidad regional, permitiendo que la moneda nacional recupere parte del terreno perdido en los meses anteriores.
Finalmente, existe un tercer escenario más adverso: el de una corrección abrupta, derivada de tensiones geopolíticas, movimientos bruscos de tasas o una posible fuga de capitales de los mercados emergentes. Bajo esta circunstancia, el tipo de cambio podría superar los 19.20 pesos por dólar, reflejando un entorno de mayor incertidumbre y volatilidad.
Según Rubilar, la relación entre las tasas de interés mexicanas y estadounidenses seguirá siendo el principal motor del comportamiento cambiario:
«El diferencial de tasas ha sido un escudo para el peso, pero su efectividad depende de que Banxico mantenga un equilibrio entre el control inflacionario y el estímulo al crecimiento. El reto está en no perder atractivo para el capital extranjero sin frenar la economía interna».
Capital.com identifica que los movimientos del dólar también estarán condicionados por el desempeño de la economía estadounidense, los precios del petróleo y las tensiones en Medio Oriente. A nivel interno, la estabilidad fiscal y la confianza de los inversionistas serán determinantes para contener presiones sobre el peso.
Rubilar subraya que México sigue destacando dentro de los mercados emergentes por su liquidez y credibilidad institucional:
«En comparación con otras divisas latinoamericanas, el peso conserva una fortaleza estructural. No obstante, su sensibilidad a los choques externos sigue siendo alta, lo que exige prudencia tanto de empresas como de inversionistas».
