
HEFEI, 23 oct (Xinhua) — En lo que constituye un gran avance para la ciencia médica, cirujanos chinos realizaron con éxito el primer trasplante del mundo de un hígado de cerdo genéticamente modificado a un ser humano vivo, quien sobrevivió 171 días después de la operación. Este hito, publicado este mes en la revista Journal of Hepatology, marca un avance significativo en la búsqueda para abordar la grave escasez de órganos de donantes humanos. El innovador procedimiento fue liderado por un equipo del Primer Hospital Afiliado de la Universidad Médica de Anhui, y el hígado de cerdo genéticamente modificado fue desarrollado por investigadores de la Universidad Agrícola de Yunnan. El cerdo donante fue sometido a un exhaustivo análisis de patógenos y a un sofisticado proceso de modificación de diez genes. Los científicos eliminaron tres genes responsables del rechazo rápido mediado por los anticuerpos en los cerdos, al tiempo que insertaron siete genes humanos para mejorar la aceptación inmunitaria y prevenir complicaciones de coagulación sanguínea, según el artículo. La cirugía se realizó el 17 de mayo de 2024, y el receptor fue un paciente con un tumor hepático de gran tamaño e irresecable en el lóbulo derecho. El hígado del cerdo fue trasplantado como un órgano «auxiliar», es decir, se añadió para complementar el hígado nativo del paciente y asistirle en sus funciones. Esto se produjo después de que otro equipo de investigadores chinos trasplantara, en abril de ese mismo año, un hígado de cerdo genéticamente modificado a un paciente con muerte cerebral en el Hospital Xijing de la Universidad Médica de la Fuerza Aérea en Xi’an. Los resultados posoperatorios en este último caso fueron inicialmente muy prometedores. Durante los primeros 31 días, el paciente, de 71 años, no mostró signos de rechazo agudo y el hígado de cerdo funcionó correctamente. Sin embargo, surgió un problema el día 38, cuando el paciente desarrolló una afección grave que incluía coágulos de sangre en los pequeños vasos del órgano trasplantado. Entonces, el equipo clínico extirpó el hígado auxiliar. El paciente sufrió posteriormente una hemorragia recurrente del tramo alto del tracto gastrointestinal y falleció el día 171. Si bien la supervivencia final del paciente fue limitada, el caso demuestra la notable viabilidad de que un hígado de cerdo sirva de soporte a un paciente humano durante un período clínicamente significativo. Este logro consolida el xenotrasplante como una posible terapia puente para quienes esperan un trasplante de hígado humano. «Esta operación aún no abre la puerta al uso clínico generalizado de los hígados de cerdo, pero sí establece una prueba de concepto de que estos injertos pueden funcionar en los humanos», afirma un artículo de revisión publicado en la revista. Fin